Walter Herrmann: “Si te gusta algo realmente, hay que trabajar para lograr el máximo potencial”

Fiel a sus principios y a sus valores, y también a su experiencia como uno de los mejores basquetbolistas argentinos de la historia, Walter Herrmann ya está en la piel de un entrenador, transmitiendo todos sus conocimientos y sus vivencias. “Me gusta mucho enseñar, sobre todo a los más chicos”, admite, y asegura que el mejor consejo es “trabajar para lograr el máximo potencial tuyo. No importa si es para ser jugador de básquet profesional, o para jugar en un torneo de veteranos o en cualquier otra categoría; entrená para lograr lo mejor de vos”.

Radicado en Málaga, España, se lo ve feliz y disfrutando de su familia y del básquetbol, haciendo el curso de entrenador para dirigir primero a los juveniles, luego a la primera, y por último en la liga, a pesar de contar ya con el grado superior en la Argentina. Del 17 al 20 de Junio el “Conde” va a volver al país para participar del Campus Generación Dorada en el club Náutico Hacoaj y se entusiasma: “Es una alegría enorme, es muy gratificante, en todos los que participé anteriormente siempre fueron en España. Lo bueno es que nosotros estamos enseñándoles directamente a los chicos, no es que venís, estás un rato y te vas. Les explicás los ejercicios, es algo que uno ya vivió, te da una sensación de cercanía. Hay mucho trabajo detrás de cada campus. Hay muchos padres que piensan que si el hijo no va a jugar en la NBA, que estudie. Y esto no es tan así, quizás al chico le gusta el básquet y puede jugar en categorías menores, sin llegar a lo más alto o a vivir de esto. Nosotros tratamos de explotar el máximo potencial que tiene cada uno, después se verá hasta dónde puede llegar. Pero trabajando se consigue todo lo que uno se proponga”.

“Yo no tiraba bien, no era un animal defendiendo, no la picaba bien, no integré seleccionados juveniles. Y llegué, fui campeón olímpico y jugué en la NBA. Cada uno aprende a su ritmo. Entonces el consejo es el siguiente: Si te gusta jugar al básquet realmente, entrená. Tenés que entrenar si es que querés llegar a ser alguien en el básquet”, reconoce Herrmann, que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, dos Sudamericanos con el seleccionado nacional, y que fue campeón de la Liga Nacional con Atenas de Córdoba y San Lorenzo, además del campeonato del mundo con Flamengo, y la Liga ACB con Unicaja Málaga y Baskonia, y además con varios títulos de MVP.

¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando te hablan de la Generación Dorada?

Recuerdo el festejo del campeonato olímpico, también el Sudamericano de Brasil. Pero yo no estuve desde el comienzo, entré y salí del equipo. Ya retirado, no me siento a pensar en lo que se logró, siempre hay nuevos objetivos y cosas para hacer, no tengo la mentalidad del jubilado como le digo yo. Al ser comentarista en los Juegos Olímpicos también viví lo que fue ese logro, lo difícil que es ganar una medalla, tomás un poco de dimensión de lo que se ganó.

¿Cómo fue la experiencia de ser comentarista para los medios?

Me gustó la experiencia de ser comentarista, aunque en los Juegos Olímpicos quizás te cortan el partido para poner otro deporte y luego volvés a la transmisión. Tuve algunas experiencias en radio también, me gustó, me sentí muy a gusto.

¿Vas a trabajar como entrenador?

Estoy haciendo el curso de entrenador en España, ya hice el primer año, con el que podés entrenar a juveniles, en el segundo año ya podés entrenar primera división y al tercer año ya podés dirigir en la liga. En la Argentina ya tengo el grado superior. No descarto ser entrenador, me gusta mucho enseñar, sobre todo a los más chicos. En inferiores cada cosa se absorbe más rápido, estoy muy contento en ese aspecto. Con los campus que vamos haciendo te vas dando cuenta de todo esto.

¿Qué sentís al volver al país para participar del Campus Generación Dorada?

Es una alegría enorme ir a la Argentina al campus, es muy gratificante, en todos los que participé anteriormente siempre fueron en España. Lo bueno es que nosotros estamos enseñándoles directamente a los chicos, no es que venís, estás un rato y te vas. Les explicás los ejercicios, es algo que uno ya vivió, te da una sensación de cercanía. Hay mucho trabajo detrás de cada campus. Hay muchos padres que piensan que si el hijo no va a jugar en la NBA, mejor que estudie. Y esto no es tan así, quizás al chico le gusta el básquet y puede jugar en categorías menores, sin llegar a lo más alto o a vivir de esto. Nosotros tratamos de explotar el máximo potencial que tiene cada uno, después se verá hasta donde puede llegar. Pero trabajando se consigue todo lo que uno se proponga.

Los jóvenes seguro te miran con mucha admiración en un campus, ¿cómo manejás ese tema, esa relación con ellos?

La mayoría no nos ha visto jugar a nosotros en los campus. Nosotros intentamos enseñar a que aprendan a jugar al básquet, tenemos una forma de enseñar que es diferente a la tradicional. Somos de la vieja escuela. Hay que aggiornarse a las nuevas costumbres, pero cuando se entrena, se entrena. Cuando el profe habla, el chico se calla, son reglas que te van a llevar al siguiente nivel. Es docencia, nosotros intentamos ser docentes desde nuestra experiencia, por lo que vivimos. El básquet es igual en todo el mundo, nada más que cada uno juega a su ritmo. Hay algunos que tienen un mayor desarrollo físico, otros menos, pero deben aprender a su ritmo. Transmitimos lo que sabemos, y le agregamos conceptos nuestros. Según un estudio, para ser un jugador profesional, necesitás unas 10.000 horas de entrenamiento. Obviamente no es sólo en el club, también podés practicar en tu casa o con tus amigos. Pero hoy los chicos entrenan tres veces por semana, más un partido. Hoy hay redes sociales, videojuegos, mucha tecnología. Si querés ser profesional tenés que entrenar y dejar los videojuegos, hacer sacrificios. Hoy si estás aburrido, pasás varias horas con el teléfono. En mi época, si estabas aburrido, ibas a tirar al aro. Estamos intentando lograr que los chicos hagan eso.

Seguís en contacto con tus compañeros de la Generación Dorada, ¿no?

Sí, tenemos un grupo de whatsapp, aunque nunca volvimos a estar todos juntos, queremos juntarnos los 12 para el 2024, cuando se cumplan 20 años de la medalla de oro.

¿Viste los últimos partidos de la Selección Argentina con Carlos Delfino?

Se sufre mucho viendo desde afuera a la Argentina, ahí te das cuenta de lo difícil que es lograr lo que logramos. Con Carlitos Delfino hablo muchísimo, me puso muy contento que haya podido volver a jugar en la Selección. Ahora hay que tener paciencia, tenemos jugadores en un nivel altísimo, pero falta que se ensamble el equipo.

¿Qué jugador ves con un estilo similar al tuyo?

Está claro que el básquet cambió muchísimo, pero hoy no encuentro un 3 que como yo o Chapu, que se podía postear. Podría ser Gabriel Deck, pero ahora lo están haciendo jugar de 4. Si yo fuera entrenador, lo pondría de 3, ya que en el poste bajo podría sacar mucha diferencia. El básquet hoy es mucho más rápido, sacando a Gaby, no tenemos un 3 grande que se pueda postear.

¿Te gusta más el básquet de ahora con mucha preponderancia de los triples o el de antes?

Me gusta más el básquet que jugábamos nosotros, pero también me encanta el contraataque y correr. Hoy falta que los grandes se posteen. Los chicos de ahora parece que saltan más, tienen mucha potencia física. Hoy me gusta ver a Nikola Jokic, años atrás me hubiera parecido aburrido, pero hoy me gusta, es como un base jugando de pivote. No mira tanto la NBA. Pero al básquet FIBA lo sigo mucho porque me gusta, lo miro ya como un futuro entrenador. De la Liga Nacional veo los resúmenes, veo equipos y jugadores que juegan bien. Si estuviera en la Argentina con posibilidades de dirigir allá, seguramente lo vería con más atención. Además el estilo de juego es diferente, pero de todos lados uno va sacando cosas.

La Liga ACB es la mejor competencia del mundo después de la NBA, ¿no?

La Liga ACB es sin dudas la segunda más importante después de la NBA. Es una liga muy aguerrida, se defiende bastante, pero se juega muy distinto a la NBA, es muy parejo, cualquiera puede ganarle a cualquiera.

Se lo ve feliz, distendido, disfrutando de la vida, esa misma que le pegó tan duro con aquella tragedia que lo marcó, pero que con el tiempo pudo sobreponerse. En la actualidad se está preparando para dirigir en España y para seguir transmitiendo toda la experiencia que adquirió como uno de los mejores jugadores argentinos de la historia. Se nota que le encanta enseñar y transmitir sus conocimientos. Con su historia de vida y su gran trayectoria deportiva, seguramente va a ser muy importante en la formación de muchos jóvenes, de muchos jugadores y jugadoras, de todo aquél que escuche sus consejos con atención, sabiendo de quién viene y lo que trabajó para llegar a lo más alto del básquetbol.

Anécdotas con Diego Maradona y Michael Jordan

Herrmann contó la anécdota de cuando su hijo Leyton dijo en la escuela que quería ser jugador de básquet cuando sea grande y un profesor se rió, por lo que fue a hablar con él. “No hay que cortarle la ilusión, mi hijo hace tres años jugaba al fútbol, ahora le gusta el básquet. Siempre hay que tener un plan B igual. Pero yo disfruto acompañando a mis hijos a hacer deporte, mi hija Barbi hace handball, acá le dicen balonmano”.

Y siguiendo con las anécdotas, relató sus encuentros con Diego Maradona y Michael Jordan.

Tuve mucha suerte de conocer a Diego, se había operado en 2005 y estaba en Málaga, y me dijeron si quería conocerlo. Son referentes que admirás. En esa época había muchos argentinos, estaba Chapu, Luis, Prigioni, Oberto, la pasamos genial. Fue un año increíble, venía de ser MVP de la Liga, estaba jugando muy bien, la gente se puso como loca, quedó desconcertada con aquella volcada con la camiseta de Diego en Alicante. En Mar del Plata ya había hecho una similar, pero sin la camiseta con el 10 en la espalda. Hoy veo las imágenes y pienso cómo pude ser tan caradura de hacer eso. Cuando fui a verlo, me atendió Claudia como si me conociera de toda la vida, y me sorprendió que Diego sabía mi nombre, que sabía mucho de mí, de mi trayectoria, a él le gustaba mucho el deporte. Me invitó a cenar en Marbella, pero me dio vergüenza, con la foto y compartir un diálogo para mí ya estaba muy contento.

Y con Michael Jordan fue algo increíble. Son personas excepcionales, para un jugador de básquet es lo más conocer a tu ídolo de chico, yo lo miraba poro televisión e intentaba copiar sus movimientos. En la pretemporada en Charlotte me estaba atando los cordones, veo una mano que se me acerca para saludarme, cuando miro para arriba era Jordan, me agarró una sensación increíble, me temblaba todo. Parecía un sueño tenerlo ahí, encima venía seguido al entrenamiento y se ponía a tirar con nosotros. Por supuesto que la foto con Jordan también la tengo bien guardada.

Agradecimientos: @jesicafuente7; @generaciondoradacampus

sebastian.adaniya@doblesytriples.com.ar

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